Un caudalímetro se encarga de que el motor de nuestro coche funcione adecuadamente, de que haya la chispa de encendido sea perfecta, que la mezcla de aire y combustible sea la óptima para ofrecer el máximo rendimiento y, a la vez, genere la menor cantidad de residuos contaminantes. También conocido como MAF (de Mass Air flow Sensor) es uno de los componentes clave de un sistema electrónico de inyección de combustible en cualquier coche con un motor tradicional.
De acuerdo con la Red Operativa de Desguaces Españoles (RO-DES), al caudalímetro también se le conoce con el nombre de debímetro, y consiste en un dispositivo electrónico “encargado de medir la masa de aire que entra en el colector de admisión desde el exterior” y de enviar esta información al cerebro del coche. El caudalímetro está presente en los coches diésel y gasolina, en la salida del filtro de aire y sobre el tubo de admisión. Así, el camino que debe recorrer el aire ya está filtrado para llegar a los cilindros y comenzar con el proceso de combustión.
¿Cómo funciona el caudalímetro?
El caudalímetro tiene un pequeño hilo que se calienta eléctricamente (hilo caliente). Un sensor de temperatura instalado cerca de ese cable mide la temperatura del aire de alrededor. Cuando el motor está en ralentí, una pequeña cantidad de aire fluye alrededor del cable, por lo que se necesita una corriente eléctrica muy baja para mantenerlo a una temperatura de 120º C). En el momento que pisas el acelerador, fluye más aire sobre el cable caliente. Ese aire que pasa enfría el cable y, cuanto más aire fluye por él, más corriente eléctrica se necesita.
La corriente eléctrica es proporcional a la cantidad de flujo de aire. Un pequeño chip electrónico instalado dentro del sensor del caudalímetro traduce la corriente eléctrica en una señal digital y la envía al cerebro del motor. La unidad de control (ECU) utiliza la señal del caudalímetro para calcular la cantidad de combustible que se debe inyectar a los cilindros. El objetivo es mantener la relación de aire y combustible en el nivel óptimo. La ECU y el caudalímetro trabajan codo con codo tomando cientos de decisiones por segundo para ajustar la mezcla.
Además, en los vehículos equipados con una caja de cambios automática, la ECU emplea lecturas por parte del caudalímetro para determinar el momento de los cambios. Si el caudalímetro no funciona correctamente, la transmisión también puede funcionar de manera diferente.
¿Cómo detecto problemas en caudalímetro dañado o defectuoso?
Los problemas con los caudalímetros son comunes en multitud de vehículos, y la mayoría de las veces es porque el sensor podría estar contaminado o dañado. Por ejemplo, en algunos motores, un caudalímetro defectuoso podría hacer que arrancáramos, pero sin poder movernos. Un filtro de aire mal instalado u obstruido también ayuda a que el caudalímetro nos falle antes, o mojarlo demasiado (aunque sea lavable).
Un caudalímetro en mal estado no puede medir la cantidad de flujo de aire correctamente. Esto hace que la ECU calcule mal la cantidad de combustible inyectado, lo que puede ocasionar desde tirones al acelerar que antes no sentíamos, hasta que, simplemente, decida no inyectar nada de combustible en los cilindros; consecuentemente, no podremos avanzar. Normalmente, cuando un caudalímetro no funciona como debiese, se ilumina el testigo de fallo motor o aparece en el cuadro de instrumentos el mensaje de la revisión anual (o por motor, si es moderno).
Algunos de los fallos más comunes que notaremos en caso de tener un caudalímetro defectuoso o averiado son:
- Tirones
- Una aceleración mermada
- Ausencia de respuesta a las demandas acelerador
- Humo negro saliendo del tubo de escape
- Peor eficiencia de combustible
- Ralentí áspero
- Le cuesta arrancar (y no es problema ni del alternador, ni de la batería, ni del motor de arranque)
- Testigo de fallo motor o mensaje de revisión
- Tipos de caudalímetros
Sistemas mecánicos: estos caudalímetros vienen con una válvula de mariposa en el espacio vacío del colector cuando que se encargan de hacer entrar el aire al ser succionado por la cámara de combustión.
Sistemas de inyección electrónicos: en este tipo de caudalímetros, el sensor envía las mediciones a la ECU para que sepa cuánto combustible es necesario inyectar para una combustión óptima. Además, este sistema también es el encargado de activar los sistemas de recirculación de gases de escape, como la válvula EGR.
¿Qué mantenimiento necesita un caudalímetro?
Como hemos mencionado más arriba, el filtro del aire puede ayudar a alargar o acortar la vida útil de un caudalímetro. La función de este componente es limpiar el aire que viene del exterior para que llegue lo más puro posible al motor y efectuar una correcta combustión. Sin embargo, si éste se obstruye por exceso de suciedad, no permitirá el paso correcto de la cantidad de aire necesaria. Para ello, es recomendable reemplazar el filtro de aire entre los 10.000 y los 15.000 kilómetros en función del uso y el tipo de vías por las que circulemos.
Por otro lado, si el aceite del cárter está en buen estado, ayuda con un buen funcionamiento del caudalímetro. Esto es motivado porque los gases del aceite que vienen del cárter y se recuperan en la admisión también podrían llegar a dañar el caudalímetro. Asimismo, la carbonilla es otro de los problemas que pueden afectar al sensor, la cual aparece normalmente por circular a bajas vueltas de forma habitual en un diésel (especialmente en ciudad). La humedad podría también afectar al caudalímetro, y aunque es menos probable, en la costa no es imposible.