Es importante que conozcamos los componentes básicos de nuestro vehículo y los revisemos de forma periódica para evitar cualquier fallo o avería. Uno de estos elementos fundamentales es el alternador, pero ¿sabes para qué sirve concretamente esta pieza? ¡Presta atención!
Grosso modo, el alternador es el jefe cuando se trata de generar energía. Claro, la batería es la que inicialmente pone en marcha todo el tinglado, pero una vez completado ese ciclo, su trabajo ha terminado hasta la próxima vez que haya que encender el motor. Se necesita mucha energía para arrancar un coche y mantenerlo en funcionamiento, y es ahí donde el alternador entra en acción, pues crea y continúa suministrando energía a la batería, así como también a los distintos componentes eléctricos que conforman los kilómetros de cableado de casi cualquier vehículo.
Hasta la década de los 60, los coches utilizaban generadores de dínamo de corriente continua con conmutadores. Con la disponibilidad de rectificadores controlados de silicio más asequibles, se comenzaron a utilizar los alternadores. Este cambio también fue alentado por la creciente demanda de energía eléctrica requerida en este período, con cargas crecientes gracias a faros más grandes y potentes, limpiaparabrisas y elevalunas eléctricos, lunetas traseras calefactadas y otros accesorios de diversa índole; hoy en día, los coches son ordenadores con ruedas.
El alternadores moderno como lo conocemos hoy en día fue utilizado por primera vez por los vehículos militares de la Segunda Guerra Mundial para alimentar equipos de radio. Después del conflicto bélico, otros vehículos con altas demandas eléctricas, como las ambulancias y los taxis, también se equiparían con alternadores. Pero no llegaría a ser parte del equipamiento de serie de un modelo de producción hasta 1960 en el Chrysler Valiant, varios años antes de que las otras dos grandes de Detroit –Ford y General Motors– los comenzasen a introducir en sus coches.
¿Cómo funciona el alternador de un coche?
El alternador es un componente relativamente simple que contiene solo unas pocas piezas, pero juega un papel crítico en el funcionamiento de cualquier vehículo de combustión. Básicamente, el alternador convierte la energía mecánica del cigüeñal en electricidad a través de la inducción. Los cables que hay dentro de este atraviesan un campo magnético, que a su vez induce corriente eléctrica. Esa corriente se utiliza para alimentar los accesorios del coche, que pueden ser desde los faros hasta la apertura automática del maletero (si tu coche lo equipa).
El alternador también mantiene la batería completamente cargada, proporcionando la energía que necesita para arrancar el vehículo. Normalmente está atornillado cerca de la parte delantera del motor, y es impulsado por el cigüeñal a través de la correa auxiliar. La pieza en sí contiene componentes más pequeños para ayudar a generar energía:
- Polea: Es el elemento que recibe, a través de una correa, la fuerza mecánica que genera el motor del coche. Está unida al eje del alternador y tiene como finalidad mover el rotor que hay dentro.
- El estator y el rotor: son imanes ubicados en el interior del alternador que giran para crear la corriente alterna y convertir la energía en electricidad.
- Los diodos: transforman la corriente alterna en continua para cargar la batería y permitir que la corriente viaje en una sola dirección, del alternador a la batería.
- El regulador de voltaje: evita las sobrecargas de energía al garantizar que el voltaje se mantenga en el baremo apropiado.
- El ventilador de enfriamiento: se ubica en el interior o exterior del alternador para proteger los componentes internos ante el sobrecalentamiento al disipar el calor que se genera a partir de la formación de energía.
¿Cuáles son los síntomas de un alternador que comienza a fallar?
Todo comienza con algunos problemas sutiles, como una luz en el cuadro de instrumentos que se enciende por un breve instante, unas luces delanteras que bajan la intensidad de su haz de luz de forma intermitente o que al girar la llave el coche rechiste al arrancar. Puede que incluso otros sistemas eléctricos como los elevalunas no funcionen correctamente, que el propio coche desprenda un olor extraño, o que escuches un molesto ruido proveniente de debajo del capó. A continuación, desgranaremos cuáles son los posibles síntomas de un alternado en mal estado.
Testigo en el cuadro de instrumentos
Dentro del cuadro de instrumentos de la mayoría de los coches construidos en la última década hay una luz de advertencia dedicada a señalar un problema con el alternador. Normalmente se describe con la forma de una batería, aunque a veces se muestran con las siglas “ALT” o “GEN”, que significa alternador o generador, respectivamente. Muchas personas, instintivamente creen al ver este testigo que tienen un problema con la batería, que es un síntoma que se tratará más adelante, pero no es por eso por lo que se enciende la luz.
En realidad, está vinculada a los sistemas informáticos que monitorean la salida de voltaje del alternador. Si esta cae por debajo o por encima de un límite preestablecido, se enciende la luz. Si está dentro del rango, la luz permanece apagada. En las primeras etapas de los problemas del alternador, la luz puede parecer parpadear. La mayoría de ellos tienen una salida de entre 13 y 14,5 voltios. A medida que se demanda más potencia al activar cosas como los limpiaparabrisas, la radio o los faros, el alternador necesita trabajar más para mantener el voltaje constante.
Luces de los faros tenues o parpadeantes
Si las luces se atenúan o parpadean, significa que el alternador no está generando la suficiente energía eléctrica para mantenerlas encendidas a pleno rendimiento. A medida que aumenta o disminuye la velocidad del motor, los faros se iluminarán y atenuarán a medida que la salida de la corriente de un alternador debilitado se incrementa y disminuye de forma periódica. La razón la encontramos en que una unidad en buen estado mantiene siempre los faros en su máximo brillo independientemente de la velocidad de giro del motor.
Otros fallos eléctricos
Cuando el alternador no funciona bien, otros sistemas que funcionan con él pueden comenzar a fallar. Estos pueden incluir los elevalunas eléctricos, el cierre centralizado, las luces del cuadro de instrumentos, el aire acondicionado e incluso el equipo de música. Por supuesto, es posible que cualquiera de estas funciones se interrumpa en cualquier momento. Los motores fallan, los cables se cruzan y pueden ocurrir todo tipo de fallos. Si notas una peculiaridad eléctrica, o varias a la vez, probablemente no sea una coincidencia. Si es el caso, llévalo a un taller de confianza.
Ruidos extraños
SI falla el alternador puede que algunos de los cojinetes fallen en el motor, creando traqueteos y sonidos un tanto inusuales, algo así como un chirrido. También se puede percibir cuando la correa que hace girar la polea del alternador se desalinea, está desgastada o agrietada, o se frota contra el costado de la misma polea. Localizar este problema parados es sencillo, pues se ve a simple vista, pero si se diera el caso de que estamos en marcha y se rompiera, escucharíamos un ruido poco agradable y algunas piezas del alternador incluso podrían desprenderse.
La batería está agotada
Obviamente, las baterías a veces fallan por sí solas, pero un alternador defectuoso puede hacer que se agote antes porque, simplemente, no se recarga. Si no estás seguro de si es la batería o el alternador es la causa del fallo eléctrica, puedes probar a usar unas pinzas. Arranca el coche y quita los cables de inmediato. Si el alternador no puede mantener el sistema y el vehículo se apaga inmediatamente, el alternador está fallando. Si el vehículo continúa funcionando después de varios minutos, es probable que la batería sea la culpable.
El coche se para o le cuesta arrancar
Como se mencionó anteriormente, los problemas para arrancar el coches pueden significar que el alternador no está cargando la batería. Eso significa que, cuando gires la llave en el encendido, todo lo que escucharás será un “clic” en lugar del fino ronroneo del motor. Por otro lado, si tu coche se detiene con relativa frecuencia mientras estás conduciendo, esta puede ser una señal de que las bujías no reciben la suficiente energía por parte del alternador para mantener el motor en funcionamiento. En otras palabras, la batería aún no estará agotada, pero sí en camino.
Olores extraños
Las correas que no giran pueden producir un hedor a goma ardiendo debido al aumento de la fricción. Una correa que se desliza en la polea del alternador olerá más similar a un incendio eléctrico, lo que indica que la correa debe ajustarse. Si la ya se ha ajustado, un mecánico debería probar su funcionamiento. Asimismo, un alternador con un exceso de trabajo intentará empujar demasiada electricidad a través de sus cables, lo que hace que se calienten. Los cables dañados crean resistencia al flujo de electricidad, haciendo que calienten y emitan un olor desagradable.
¿Puedo hacer una diagnosis visual del estado del alternador?
Si notas alguno de los comportamientos inusuales anteriormente descritos, echa un vistazo bajo el capó para hacer una inspección visual de la correa del alternador. Busca signos que tengan un aspecto cristalizado o quemado. Una correa suelta puede deslizarse sobre las poleas, generando fricción en el contacto del metal con la goma, lo que a su vez calienta esta última y hace que la correa se desgaste más rápido. Para resolver el problema, tan solo hay que apretar el tensor. Sin embargo, apretarlo demasiado puede derivar en daños de los componentes del alternador.
¿Cuál es la vida útil de un alternador? ¿Cuánto cuesta reemplazarlo?
Un alternador es un componente que no necesita mantenimiento. En algunos vehículos puede durar hasta 10 o 15 años sin problemas, o entre 200.000 y 400.000 kilómetros. Si falla es posible que el coche aún pueda funcionar por un breve lapso con la energía de la batería. Sin embargo, el motor se detendrá tan pronto como se agoten las reservas de esta. Reemplazar un alternador cuesta entre 400 y 600 euros si hablamos de una unidad original del fabricante (OEM), lo cual no lo convierte precisamente en una pieza “barata”.
Sin embargo, existe una alternativa: un alternador reacondicionado. Bien puede ser el de tu coche si aún se puede salvar, o el de otro que haya pasado a una mejor vida (a un desguace, por ejemplo). Puede llevar más tiempo, pero generalmente es más barato, ya que solo se paga el precio de la mano de obra (entre 30 y 100 euros) más el cargo por el “nuevo” alternador (entre 50 y 200 euros). Siempre que se reemplace, también es una buena idea cambiar la correa de distribución, ya que hay que quitarla para acceder al alternador y no es demasiado cara.